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Para diagnosticar el cáncer, el médico realizará un examen físico, analizará los antecedentes médicos y le preguntará sobre los síntomas que presenta y los factores de riesgo. Además, le indicará análisis de orina y sangre para controlar las afecciones que puedan relacionarse con el cáncer. Si el médico descubre algún valor fuera de lo normal, le pedirá que se someta a más pruebas de diagnóstico para detectar la presencia de cáncer y determinar el grado de diseminación. Entre estas pruebas, pueden incluirse las siguientes:
El diagnóstico de algunos tipos de cáncer se realiza mediante pruebas de detección de rutina, incluso antes de que se manifiesten los síntomas. Dado que las pautas para la detección cambian constantemente, es importante que le consulte al médico qué pruebas de detección son adecuadas para usted en función de su edad y sus antecedentes médicos.
Una mamografía es una radiografía de las mamas. Los médicos usan las mamografías para detectar la presencia de cáncer de mama en mujeres que no tienen síntomas, y para diagnosticar la enfermedad en mujeres que presentan bultos en las mamas u otras señales y síntomas relacionados.
Este procedimiento consiste en raspar células de la superficie del cuello uterino con un bastoncillo de algodón. El médico luego envía las células al laboratorio para que se analicen al microscopio y se determine si hay alguna anomalía.
El médico realiza esta prueba para verificar si hay signos de sangre en las heces. Las heces con sangre son un síntoma de cáncer colorrectal y pueden surgir de pólipos sangrantes o cáncer en el colon. El médico recogerá una muestra de material fecal y la enviará al laboratorio para que sea analizada con productos químicos.
El médico utiliza un colonoscopio (un tubo angosto y flexible con una cámara y una luz en el extremo) para examinar la cubierta interna del intestino grueso y extirpar cualquier pólipo antes de que se vuelva maligno. También puede extraer una muestra de tejido para realizar una biopsia durante este procedimiento.
Los médicos usan esta prueba para detectar el cáncer de próstata en hombres que no presentan síntomas y para diagnosticar la enfermedad cuando hay síntomas. El antígeno prostático específico (prostate-specific antigen, PSA) es una proteína que produce la próstata y que se encuentra en el semen y la sangre. Mediante este examen, se mide la cantidad de PSA en la sangre. Las cantidades de PSA mayores que las normales pueden ser provocadas por el cáncer u otras afecciones, como la hiperplasia prostática benigna y la prostatitis. Si los niveles de PSA son elevados, es posible que el cáncer se haya diseminado desde la próstata hacia otras partes del organismo.
Los médicos usan la tomografía computarizada (TC) de baja dosis para detectar el cáncer de pulmón en pacientes que tienen un riesgo alto. En las TC de dosis baja se utiliza una cantidad de radiación mucho menor en comparación con las TC típicas. Entre los pacientes que presentan un riesgo alto, se incluyen a aquellos mayores de 55 años de edad que han fumado un paquete de cigarrillos por día durante al menos 30 años. Si usted tiene más de 50 años de edad, ha fumado un paquete de cigarrillos por día durante al menos 20 años y, además, presenta otros factores de riesgos, corre un riesgo alto de contraer cáncer.
La ecografía es un método indoloro, sencillo y rápido que se utiliza para detectar el cáncer de hígado. Durante este procedimiento, se coloca un transductor directamente sobre la piel del abdomen. El transductor produce ondas sonoras que rebotan en las vísceras para crear ecos que forman una imagen. La ecografía no solo puede indicar la presencia de un tumor, sino también la forma, el tamaño y la cantidad de tumores.
El médico le examinará la piel cuidadosamente y le preguntará sobre su estado de salud general, su estilo de vida y los antecedentes familiares. Es posible que deba ver a un dermatólogo (un especializa en las enfermedades de la piel), quien observará la piel más detenidamente por medio de un dermatoscopio o una lente de aumento con luz. Si el médico cree que un lunar podría ser un melanoma, realizará una biopsia para asegurarse de ello.
Los médicos usan los análisis clínicos para analizar las muestras de sangre, orina y otros líquidos corporales. Estas pruebas les permiten evaluar el estado de salud general del paciente y observar toda afección que pueda relacionarse con el cáncer. También pueden usarlas para determinar las características del cáncer y diagnosticar tipos específicos.
Mediante este análisis, se mide el nivel de células sanguíneas de una persona, incluidos los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Puede utilizarse para diagnosticar determinados tipos de cáncer de la sangre, como la leucemia y el linfoma, determinar si el cáncer se ha diseminado hacia la médula ósea y observar cómo el organismo responde a los tratamientos oncológicos.
Los marcadores tumorales son sustancias que se encuentran en cantidades mayores que las normales en la sangre o la orina de una persona cuando esta presenta un tipo específico de cáncer. Entre algunas pruebas de marcadores tumorales, se incluye el análisis del PSA para diagnosticar el cáncer de próstata o el nivel de alfafetoproteína (alpha fetoprotein, AFP) para diagnosticar el cáncer de hígado o de testículo. Los marcadores tumorales, en sí, pocas veces pueden confirmar un diagnóstico de cáncer, pero pueden ser útiles para controlar la respuesta del organismo al tratamiento de determinados tipos de cáncer.
La prueba genómica hace referencia a nuevas pruebas disponibles para obtener información sobre las características moleculares de un tumor. El cáncer es una enfermedad causada por determinados cambios en los genes que controlan el crecimiento y funcionamiento de nuestras células. Los genes están formados por ADN y transportan instrucciones para la producción de proteínas que controlan el comportamiento de nuestras células. Los cambios, como las mutaciones genéticas o una alteración en la cantidad de genes, pueden hacer que las células produzcan demasiadas proteínas o que las proteínas no funcionen correctamente. Estas proteínas pueden hacer que las células normales crezcan fuera de control y se vuelvan cancerosas.
La prueba genómica hace referencia a nuevas pruebas disponibles para obtener información sobre las características moleculares de un tumor. El cáncer es una enfermedad causada por determinados cambios en los genes que controlan el crecimiento y funcionamiento de nuestras células. Los genes están formados por ADN y transportan instrucciones para la producción de proteínas que controlan el comportamiento de nuestras células. Los cambios, como las mutaciones genéticas o una alteración en la cantidad de genes, pueden hacer que las células produzcan demasiadas proteínas o que las proteínas no funcionen correctamente. Estas proteínas pueden hacer que las células normales crezcan fuera de control y se vuelvan cancerosas.
Las pruebas de diagnóstico por imágenes producen imágenes detalladas del interior del cuerpo, lo que permite a los médicos detectar el cáncer y observar si se ha diseminado. Mediante estas pruebas, es posible determinar el tamaño y la ubicación del tumor, aunque no ofrecen un diagnóstico definitivo.
En esta prueba, se emplea radiación electromagnética para producir imágenes de los órganos y del interior del cuerpo. Las radiografías son más útiles cuando deben observarse los huesos o pulmones.
En una tomografía computarizada, se utilizan radiografías para producir una imagen más detallada del cuerpo. Durante esta prueba, una cámara gira en torno al cuerpo tomando fotografías y produce imágenes transversales del cuerpo. Esto permite determinar la ubicación exacta del tumor y comprobar la diseminación del cáncer.
En una resonancia magnética, se utilizan ondas de radio y un imán de gran tamaño para crear imágenes claras de las partes del cuerpo. El organismo absorbe las ondas de radio, que se liberan siguiendo un patrón determinado que es interpretado por una computadora para mostrar cortes del cuerpo humano. Esta prueba resulta muy útil para examinar partes específicas del cuerpo, en especial el tejido blando de la región de la cabeza y el cuello.
Para realizar una tomografía por emisión de positrones, el médico inyecta una sustancia radiactiva en el torrente circulatorio del paciente. Esta sustancia se acumula en las células malignas (cancerosas) del organismo. El médico luego utiliza un tomógrafo para detectar estas áreas de radioactividad y encontrar la ubicación exacta del cáncer en el organismo del paciente.
El médico inyecta una sustancia radioactiva en el torrente circulatorio y deja que se acumule dentro del cuerpo. Luego, utiliza una máquina para medir la radiactividad y tomar fotografías de los huesos y órganos.
Una gammagrafía ósea puede demostrar si el cáncer se ha diseminado a los huesos. Esta prueba puede mostrar todos los huesos y detectar pequeñas áreas donde se ha diseminado el cáncer que no son visibles mediante radiografías típicas.
A raíz del ultrasonido, se envían ondas sonoras y se detecta el eco que rebota desde los tejidos corporales para crear una imagen en blanco y negro de una parte del cuerpo.
Los médicos realizan una biopsia cuando las pruebas de diagnóstico y las pruebas de diagnóstico por imágenes muestran una anomalía que podría ser cáncer. Para hacer una biopsia, el médico extrae una muestra de tejido del área dudosa y la hace examinar al microscopio. La biopsia es el único método mediante el cual se puede comprobar un diagnóstico de cáncer. A continuación, se detallan algunas de las maneras en las que el médico puede tomar una muestra para hacer una biopsia:
El médico puede emplear una aguja para extraer muestras de tejido de un área dudosa. En general, los médicos realizan una biopsia con aguja para los tumores que se pueden sentir a través de la piel. Si el tumor no se puede ver ni sentir a través de la piel, el médico puede realizar una tomografía computarizada o una resonancia magnética a fin de orientarse y colocar la aguja en la zona anómala. A continuación, se detallan los tipos más frecuentes de biopsias con aguja:
Se utiliza una aguja fina y hueca conectada a una jeringa para extraer una muestra de tejido de un área que podría ser cancerosa.
Se utiliza una aguja más grande para extraer una muestra pequeña y cilíndrica de tejido de una zona anómala.
Se realiza una pequeña incisión y se inserta una sonda hueca en el tejido anómalo. La sonda succiona una muestra cilíndrica de tejido a través del orificio de la sonda y un bisturí giratorio corta el tejido. Las biopsias asistidas por vacío se utilizan con mayor frecuencia para diagnosticar el cáncer de mama.
En una biopsia quirúrgica, el médico realiza una incisión y extrae el tejido anómalo utilizando un bisturí (escalpelo). Existen dos procedimientos para realizar biopsias quirúrgicas: por incisión y por escisión.
El médico extirpa solo una parte del tumor dudoso para realizar un examen. En general, los médicos realizan biopsias por incisión para diagnosticar sarcomas de tejido blando.
El médico extirpa la protuberancia o masa en su totalidad para realizar un examen. En general, los médicos realizan biopsias por escisión solo para extraer tumores pequeños y ganglios linfáticos inflamados.
Los médicos realizan una biopsia de piel para determinar la presencia de distintas formas de cáncer de piel. El médico extrae una muestra de piel para examinarla al microscopio. Existen diversos tipos de biopsias de piel, dependiendo del posible tipo de cáncer de piel.
El médico extrae solo las capas externas de la piel para examinarlas al microscopio. Esta técnica se utiliza a menudo para diagnosticar el carcinoma de células basales y el carcinoma escamoso.
El médico extrae una muestra cilíndrica de tejido de las capas más profundas de la piel. Esta técnica se utiliza a menudo para diagnosticar el melanoma y determinar la profundidad de su crecimiento.
El médico emplea un dispositivo llamado "endoscopio", que es un tubo angosto y flexible con una cámara y una luz en el extremo, para examinar el interior del cuerpo. En general, el médico pasa el endoscopio a través de la boca, la nariz, el recto, las vías urinarias o de una pequeña incisión en la piel, según la parte del cuerpo que examine. Puede pasar instrumentos especiales a través del endoscopio con el fin de extraer muestras de tejido para examinarlas.
El médico extrae una muestra de médula ósea del hueso de la cadera con una aguja larga. Las biopsias de médula ósea suelen usarse para diagnosticar algunos tipos de cáncer de la piel, como la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple.
Las biopsias de ganglios linfáticos centinelas se realizan durante la resección quirúrgica de determinados tumores con el fin de examinar si el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos. El cirujano inyecta un colorante que drena hacia los primeros ganglios linfáticos (ganglios linfáticos centinelas) y luego los extirpa, examina al microscopio y determina si contienen células cancerosas. Si no contienen células cancerosas, es poco probable que el cáncer se haya diseminado hacia otros ganglios linfáticos.