Después del primer tratamiento de cáncer colorrectal, es muy importante acudir a todas las consultas de seguimiento programadas con el médico. Gente que han tenido cáncer colorrectal en el pasado pueden estar en mayor riesgo de desarollando otro cáncer colorrectal en otra ubicación del cuerpo. El objetivo principal de la atención de seguimiento es asegurarse de que el cáncer no regrese (los médicos llaman "cáncer recidivante" al cáncer que regresa) y de detectarlo de manera precoz en caso de que esto suceda. Cuanto más precoz sea la detección el cáncer colorrectal recidivante, mayor probabilidades tendrá de volver a poner la enfermedad en remisión. Esté siempre en contacto con el médico y manténgalo informado acerca de cualquier cambio que se produzca en su cuerpo. Infórmele al médico si manifiesta algunos de los siguientes síntomas de cáncer colorrectal:
El cáncer colorrectal puede reaparecer a nivel local, regional o en una parte distante del cuerpo. Una recidiva local significa que el cáncer reaparece en el mismo lugar que el tumor original (donde posiblemente se haya realizado la cirugía inicial para extirpar el tumor). Una recidiva regional significa que el cáncer se ha diseminado más allá de su ubicación original y los ganglios linfáticos próximos, pero sigue dentro de la región abdominal. Una recidiva con metástasis significa que el cáncer se ha desplazado (metastatizado) a través del sistema linfático o los vasos sanguíneos hacia una parte distante del cuerpo. También debe estar atento a la posible aparición de síntomas si el cáncer vuelve a desarrollarse en las siguientes partes del cuerpo.
El cáncer que se ha diseminado al hígado puede provocar ictericia (color amarillento de la piel), dolor abdominal, hinchazón en las extremidades y el abdomen, pérdida de peso, fiebre o náuseas.
El cáncer que se ha diseminado a los pulmones puede provocar falta de aire, tos seca, cansancio extremo y dolor en la pared torácica.
El cáncer que se ha diseminado al peritoneo (revestimiento del abdomen) puede causar molestias abdominales, hinchazón, sensación de estar "lleno", distensión y cambios en los patrones intestinales.
El cáncer que se ha propagado a los ganglios linfáticos de su abdomen a menudo no causa síntomas, pero puede causar molestias abdominales o un bulto que puede sentir debajo de la piel.
El cáncer que se ha diseminado a los huesos probablemente provoque dolor óseo o dolor con la palpación y puede dar lugar a fracturas.
El cáncer que se ha diseminado al cerebro puede causar dolores de cabeza, convulsiones, inestabilidad, pérdida de la memoria, confusión y visión borrosa.
Es posible que algunos síntomas que usted tenga no estén relacionados con la recidiva del cáncer colorrectal, pero igualmente debe hablar con el médico al respecto. Es muy importante que se realice una detección precoz del cáncer colorrectal recidivante antes de que se disemine de tal manera que no pueda tratarse satisfactoriamente.
Por lo general, las pruebas de diagnóstico por imágenes como las radiografías, gammagrafías óseas, ecografías, resonancias magnéticas y tomografías por emisión de positrones (TEP) no se utilizan para detectar una recidiva en pacientes asintomáticos. En algunos casos, es posible que se utilicen estas pruebas para detectar la enfermedad en pacientes de alto riesgo, solo para mayor seguridad. Las siguientes pruebas y procedimientos sencillos se utilizan comúnmente para detectar un cáncer colorrectal recidivante:
Después del tratamiento inicial, usted debe consultar al médico cada tres a seis meses durante dos o tres años, cada seis meses hasta el quinto año y luego una vez al año de por vida. Si usted tuvo cáncer que comenzó en el recto, es posible que el médico le realice tacto rectal digital durante estas consultas de seguimiento. El médico le introducirá un dedo por el recto para detectar cualquier anomalía.
El médico puede realizar esta prueba para detectar signos de sangre en las heces. Las heces con sangre son un síntoma de cáncer colorrectal y pueden surgir de pólipos sangrantes o cáncer en el colon. El médico puede extraer sangre cada varios meses durante los años posteriores a que se haya completado el tratamiento para el cáncer original a fin de controlar los cambios en el nivel de CEA en la sangre.
Los marcadores tumorales son sustancias que se encuentran en cantidades mayores que las normales en la sangre de una persona cuando esta presenta un tipo específico de cáncer. El marcador tumoral utilizado con mayor frecuencia en la prueba de detección del cáncer rectal recidivante es el antígeno carcinoembrionario (carcinoembryonic antigen, CEA). El médico puede extraerle sangre cada dos o tres meses durante los primeros cinco años después del tratamiento para controlar el nivel de CEA en sangre.
El médico utiliza un colonoscopio (un tubo angosto y flexible con una cámara y una luz en el extremo) para examinar la cubierta interna del intestino grueso y detectar cualquier tumor o pólipo. Esta prueba puede ayudar a su médico a visualizar un tumor que a veces una TC no puede ver. El médico realizará este procedimiento dentro del primer año posterior al tratamiento y luego cada tres a cinco años.
El médico utiliza un tubo iluminado llamado "sigmoidoscopio" para examinar el interior del recto y la parte inferior del colon, y verificar que no haya pólipos ni anomalías. En determinadas circunstancias, es posible que el médico le recomiende este procedimiento cada seis meses durante cinco años después del tratamiento si el tumor se encontraba en el recto.
En una tomografía computarizada, se utilizan radiografías para producir una imagen del cuerpo. Es posible que le inyecten un colorante especial en las venas y que deba beber un líquido especial para que resalten las vísceras. Usted debe recostarse boca arriba en una mesa mientras un aparato gira alrededor de su cuerpo y toma imágenes. Las tomografías axiales computarizadas son pruebas de rutina en muchos pacientes que se han sometido, inicialmente, a cirugía y quimioterapia.
La atención de seguimiento para el cáncer colorrectal es importante. Es posible que el cáncer nunca regrese, pero es mejor estar seguros. Si el cáncer vuelve a aparecer, deberá detectarlo lo antes posible para tener mayor probabilidad de combatir la enfermedad nuevamente.