Diagnóstico
Si usted o el médico detectan una anomalía en la mama durante una autoexploración mamaria o un examen físico de rutina, es probable que el médico solicite pruebas de diagnóstico por imágenes, seguidas de biopsias, a fin de determinar si la anomalía es realmente cáncer. Después de confirmar que la anomalía es cancerosa, el médico solicitará pruebas adicionales para determinar si el cáncer se ha diseminado a órganos distantes. Entre estas pruebas, se incluyen las siguientes:

Análisis de sangre
También se denominan "pruebas de marcadores tumorales"; miden los niveles de los marcadores de cáncer de mama (CEA, CA 15-3 y CA 27-29). No se recomienda utilizar estas pruebas solas para guiar la toma de decisiones durante el tratamiento , sino que deben usarse junto con otras pruebas y la experiencia clínica de su oncólogo. Las mujeres que tienen cáncer de mama tienden a presentar un nivel elevado de estos marcadores. Estas pruebas no son tan útiles en el caso de tumores en estadio inicial.
- Consulte Marcadores tumorales para obtener más información.
Gammagrafía ósea
En una gammagrafía ósea se usa una sustancia radiactiva para identificar áreas cancerosas en los huesos. Proporciona una imagen de todos los huesos y le permite al médico detectar pequeñas áreas con células cancerosas que no son visibles mediante radiografías típicas. La sustancia radiactiva se acumula en estas áreas y las resalta en la radiografía del esqueleto.

Radiografía de tórax
Esta prueba puede hacerse para verificar si el cáncer de mama se ha diseminado a los pulmones o las costillas.
Tomografía computarizada
Un tomógrafo toma varias imágenes a medida que gira alrededor del cuerpo, mientras usted está recostado en una mesa. El aparato produce imágenes transversales detalladas del cuerpo, lo cual le permite al médico estudiar áreas específicas.

Biopsia con aguja guiada por TC
Si una tomografía computarizada (TC) identifica una anomalía, el médico puede realizar una biopsia utilizando la TC para guiar una aguja con precisión dentro del área que podría ser cancerosa, mientras usted está recostada en la mesa de examen.
Resonancia magnética
Las resonancias magnéticas (RM) también se utilizan para buscar cáncer que se haya diseminado a diferentes partes del organismo, como las TC. Una RM es muy útil para observar el cerebro, la médula espinal, los huesos y el hígado. La RM también es muy buena para determinar si un tumor puede haber crecido en el músculo subyacente o en los huesos de la pared torácica. Esta prueba puede solicitarse después de una TC para diagnosticar una posible lesión o área afectada que no sea muy visible en las otras pruebas de diagnóstico.

Ecografía
La ecografía también puede utilizarse para buscar cáncer diseminado en algunas áreas del organismo, como los ganglios linfáticos o el hígado. La ecografía también es de ayuda para personas que no se pueden someter a una TC o RM porque son alérgicas al medio de contraste que se requiere para las otras pruebas. Por ejemplo, los médicos suelen utilizar ecografías abdominales para buscar tumores en el hígado o en otros órganos abdominales.
Tomografía por emisión de positrones
Los médicos emplean una tomografía por emisión de positrones (PET) cuando existe la posibilidad de que el cáncer se haya diseminado, pero se desconoce su ubicación. Dado que la imagen a menudo no brinda tanta información como una TC o una RM, muchos centros oncológicos combinan una PET con una TC. Las PET pueden proporcionar información útil sobre todo su organismo.