Diagnóstico

Con frecuencia, los médicos pueden prevenir el cáncer colorrectal o detectarlo de manera temprana mediante exámenes de detección de rutina. El cáncer colorrectal rara vez produce síntomas en sus primeros estadios y las probabilidades de combatir la enfermedad son mucho mayores ante una detección temprana. En 2018, la Sociedad Estadounidense del Cáncer comenzó a recomendar que todas las personas mayores de 45 años se sometan a exámenes de detección de rutina para cáncer colorrectal y pólipos, a menos que tengan un familiar de primer grado con cáncer colorrectal; en ese caso, se puede considerar una prueba de detección más temprana.

Pruebas de detección

A continuación, se detallan algunas de las pruebas de detección que el médico puede recomendarle:

Tacto rectal

Tacto rectal

Este procedimiento suele formar parte de un examen físico de rutina. El médico le introducirá un dedo por el recto para detectar cualquier anomalía, especialmente si experimenta sangre de color rojo brillante al defecar.

Colonoscopía
Colonoscopía

Utiliza un colonoscopio (un tubo angosto y flexible con una cámara y una luz en el extremo) para examinar la cubierta interna del intestino grueso y extirpar cualquier pólipo antes de que se vuelva maligno. También puede extraer una muestra de tejido para realizar una biopsia durante este procedimiento.

Colonografía por tomografía computarizada (colonoscopía virtual)
Colonografía por tomografía computarizada (colonoscopía virtual)

El médico utiliza un tomógrafo para ver el interior del colon. Este procedimiento es menos invasivo que una colonoscopía normal, pero no permite extraer pólipos ni tomar muestras para biopsia. Por consiguiente, deberá realizarse la colonoscopía de todos modos.

Prueba de sangre oculta en heces
Prueba de sangre oculta en heces

El médico realiza este estudio para verificar si hay signos de sangre en las heces. Las heces con sangre son un síntoma de cáncer colorrectal y pueden surgir de pólipos sangrantes o cáncer en el colon. El médico recogerá una muestra de material fecal y la enviará al laboratorio para que sea analizada con productos químicos.

Prueba inmunoquímica fecal
Prueba inmunoquímica fecal

El médico también puede pedir esta prueba para detectar restos de sangre en las heces. Recoge una muestra de material fecal y la envía a un laboratorio. En el laboratorio, se analiza para verificar la presencia de hemoglobina, una proteína que se encuentra en la sangre. Si hay hemoglobina en las heces, probablemente también haya restos de sangre.

Sigmoidoscopía
Sigmoidoscopía

El médico utiliza un tubo iluminado llamado "sigmoidoscopio" para ver el interior del recto y la parte inferior del colon, y para retirar cualquier pólipo que encuentre. Esta prueba es similar a la colonoscopía, pero no examina la totalidad del colon. Puede usarse con mayor frecuencia en personas con diagnóstico de cáncer de recto o de colon sigmoide.

Enema opaco de doble contraste

Enema opaco de doble contraste

El médico realiza un enema de bario (un líquido blanco, lechoso) e insufla aire por el ano y el recto. El bario cubre la parte interna del recto y del colon, y los delinea claramente en una radiografía. Esto permite identificar más fácilmente cualquier pólipo o tumor. Este estudio podría arrojar resultados limitados ya que depende de la movilidad del paciente para lograr que el líquido de contraste recubra el intestino durante el examen.

Prueba de ADN en las heces
Prueba de ADN en las heces

La prueba de ADN en las heces se utiliza para detectar mutaciones de ADN en las heces que se han asociado con el cáncer colorrectal y los pólipos colorrectales. Todavía no se ha definido la función de esta prueba en el cáncer de colon. Si bien la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) ha aprobado su comercialización y Medicare cubre la prueba, la Comisión Estadounidense sobre Prevención (US Task Force on Prevention) todavía no ha opinado acerca de si la agregarán a la lista de pruebas de detección aprobadas. Si desea obtener más información sobre esta prueba, hable con su médico.

Pruebas de diagnóstico

Si usted ha tenido algún síntoma o las pruebas de detección sugieren cáncer colorrectal, el médico le pedirá más biopsias y pruebas de diagnóstico. La biopsia constituye la única manera de saber con seguridad si usted tiene cáncer. El médico también utilizará estas pruebas para evaluar la diseminación del cáncer y determinar en qué estadio se encuentra. A continuación, se detallan algunas de las pruebas de diagnóstico que el médico puede recomendar:

Ecografía endorrectal

Ecografía endorrectal (solo para cáncer rectal)

El médico le introducirá una sonda ecográfica en el recto. Este dispositivo hace rebotar ondas sonoras del recto para crear ecos que forman una imagen, lo cual permite ver la profundidad del tumor desarrollado y dar una idea aproximada de si este ha invadido los ganglios linfáticos.

Marcador tumoral de antígeno carcinoembrionario
Marcador tumoral CEA y pruebas de ADN tumoral circulante (vigilancia)

Los marcadores tumorales son sustancias que se pueden encontrar en cantidades superiores a las normales en la sangre o la orina de una persona con un tipo específico de cáncer. El marcador tumoral para la mayoría de los cánceres colorrectales es el antígeno carcinoembrionario (CEA), y su concentración está elevada en el 50-70 % de todos los pacientes con cáncer colorrectal.

Pruebas de ADN tumoral circulante (vigilancia): Las células tumorales liberan su ADN al torrente sanguíneo e, incluso cuando puedan persistir niveles microscópicos de células tumorales después de tratamientos con intención curativa, es posible detectar mutaciones en el torrente sanguíneo mediante la búsqueda de ADN tumoral circulante (ADNct). Cuando se detecta ADNct, existe una alta probabilidad de que haya cáncer remanente. Por otro lado, cuando no se detecta ADNct, es menos probable que el cáncer reaparezca. Esta prueba puede considerarse en la vigilancia después de completar todas las terapias estándar./p>

Tomografía computarizada

Tomografía computarizada

En una tomografía computarizada, se utilizan radiografías para producir una imagen del cuerpo. Es posible que le inyecten un colorante especial en las venas y que deba beber un líquido especial para que resalten las vísceras. Usted debe recostarse boca arriba en una mesa mientras un aparato gira alrededor de su cuerpo y toma imágenes. La tomografía computarizada revela la presencia de tumores y permite detectar si el cáncer se diseminó a otras partes del organismo.

Resonancia magnética

Resonancia magnética(más común para el cáncer de recto)

En las resonancias magnéticas, se utilizan ondas de radio y un imán de gran tamaño para crear imágenes claras y detalladas del cuerpo. El organismo absorbe las ondas de radio, que se liberan siguiendo un patrón determinado que es interpretado por una computadora para mostrar cortes del cuerpo humano. Los médicos utilizan las resonancias magnéticas para evaluar la diseminación del cáncer y ver el cerebro y la médula espinal. Para los pacientes que padecen cáncer rectal, las resonancias magnéticas pueden proporcionar detalles importantes sobre la ubicación del tumor y los órganos adyacentes con nlos que puede estar en contacto.

Tomografía por emisión de positrones

Tomografía por emisión de positrones

También es posible considerar una tomografía por emisión de positrones (TEP). Para realizar una tomografía por emisión de positrones, el médico inyecta una sustancia radiactiva en el torrente circulatorio del paciente. Esta sustancia se acumula en las células malignas (cancerosas) del organismo. El médico luego utiliza un tomógrafo para detectar estas áreas de radioactividad y encontrar la ubicación exacta del cáncer en el organismo de la paciente.

Prueba de ADN tumoral circulante (vigilancia):

Las células tumorales liberan su ADN en el torrente sanguíneo y, aunque puedan quedar niveles microscópicos de células tumorales después de tratamientos con intención curativa, es posible detectar mutaciones en la sangre mediante la búsqueda de ADN tumoral circulante (ctDNA). Cuando se detecta ctDNA, existe una alta probabilidad de que aún haya cáncer presente. Por el contrario, cuando no se detecta ctDNA, es menos probable que el cáncer regrese. Esta prueba puede considerarse como parte de la vigilancia una vez que se han completado todas las terapias estándar.