Según una encuesta de MedStar Health, casi la mitad de las mujeres en Estados Unidos que son elegibles para una mamografía anual —es decir, mayores de 40 años— no se la realizan cada año, y poco más de una de cada diez nunca se ha hecho una mamografía.

Las mamografías deben convertirse en una parte esencial de tu rutina de autocuidado, ya que pueden ayudar a detectar signos tempranos de cáncer de mama. Algunos tipos de cáncer de mama, como el CDIS (carcinoma ductal in situ) —un cáncer no invasivo que se encuentra contenido dentro de los conductos mamarios— no pueden detectarse mediante la autoexploración y dependen de la mamografía o incluso de la resonancia magnética para ser detectados.
El procedimiento, aunque a menudo se describe como doloroso, por lo general es solo incómodo debido a la presión que se ejerce sobre la mama. Una mamografía típica dura solo entre 10 y 15 minutos. Las imágenes se obtienen rápidamente, y deberías poder hablar con tu médico sobre los resultados antes de salir de la clínica. En general, el proceso completo no debería tomar más de una hora.
Para las mujeres mayores de 40 años, la mayoría de las compañías de seguros cubren las mamografías 2D. Medicare y otros proveedores principales de servicios de salud también cubren las mamografías 3D para mujeres del mismo grupo de edad.
Es importante que las mujeres se realicen estudios anuales para asegurarse de que no se esté desarrollando cáncer. Los exámenes clínicos de mama son especialmente importantes para las mujeres jóvenes, ya que las células cancerosas pueden crecer más rápidamente en el tejido joven. Las mamografías pueden detectar anormalidades del tamaño de un chícharo y, por lo tanto, son más efectivas para la detección temprana que las autoexploraciones, que a menudo identifican cánceres en etapas más avanzadas, cuando los bultos son más grandes.
Haz clic aquí para aprender cómo hacer de tu mamografía una prioridad