Síntomas
Por lo general, el cáncer de pulmón no provoca síntomas hasta que llega a un estadio avanzado. Cuanto antes se detecta y se diagnostica el cáncer de pulmón, mayores son las posibilidades de vencer la enfermedad. Consulte al médico lo antes posible si presenta alguno de los siguientes síntomas:

Tos crónica o nueva y persistente

Expectoración con sangre

Dolor torácico, especialmente al respirar, toser o reír

Dificultad para respirar

Ronquera o sibilancias

Pérdida de apetito

Pérdida de peso inexplicable

Debilidad y cansancio

Dolor intenso de brazos u hombros

Hinchazón del rostro, el cuello, los brazos o el tórax

Acropaquia (crecimiento excesivo de las puntas de los dedos)
Algunas de las formas más agresivas de cáncer de pulmón tienden a crecer y diseminarse muy rápidamente, y es posible que no se presenten síntomas hasta que la enfermedad se haya diseminado a otras partes del organismo. También debe estar atento a la posible aparición de síntomas que podría provocar el cáncer en otra parte del organismo:

Dolor y sensibilidad en los huesos

Ictericia (color amarillento de la piel)

Dolor de cabeza, convulsiones o inestabilidad

Cualquier masa tumoral o protuberancia irregular
En la última década, el cáncer de pulmón ha aumentado entre las personas que nunca han fumado. Más del 50 % de las mujeres en el sudeste de Asia que tiene cáncer de pulmón nunca fumó. Estas personas pueden contraer cáncer de pulmón por la exposición a la contaminación del aire o porque han sido fumadores pasivos; o bien, pueden tener una predisposición genética para el cáncer de pulmón. Las pruebas genéticas y el asesoramiento permiten a las personas determinar si tienen alguna anomalía genética que pueda aumentar el riesgo de padecer cáncer de pulmón. Según estudios, las variaciones genéticas en los cromosomas pueden predisponer a determinadas personas a padecer cáncer de pulmón. Es muy importante que le informe al médico si manifiesta alguno de los síntomas mencionados anteriormente, incluso si no fuma.