El cáncer de mama no siempre aparece como el clásico bulto duro que muchas personas esperan. Algunas mujeres nunca sienten un bulto antes de que una mamografía detecte algo inusual. Pero hay patrones comunes que vale la pena conocer.
Algunas mujeres notan hinchazón en una parte del seno, incluso si no hay una masa definida. Otras describen un área que se siente más engrosada o simplemente diferente en comparación con el resto del tejido mamario. El dolor o la sensibilidad también pueden ser una señal. El dolor o malestar persistente que no desaparece no debe ignorarse.
Los cambios en el pezón también pueden ser una señal. Esto puede incluir que el pezón se retraiga hacia adentro, que la piel presente costras o descamación, o secreción que no esté relacionada con la lactancia. Algunas mujeres se dan cuenta de que algo anda mal porque su pezón luce o se siente diferente de antes.
La piel del seno también puede cambiar. El enrojecimiento, el calor o una textura que se asemeja a la piel de naranja pueden ser signos de cáncer de mama inflamatorio. La hinchazón o los bultos en la axila pueden significar que los ganglios linfáticos están afectados.
Muchos cánceres de mama se detectan mediante estudios de rutina, pero los síntomas siguen siendo importantes. Si notas un cambio que dura más de unas semanas (ya sea dolor, hinchazón, cambios en el pezón, u hoyuelos en la piel), deberías hacer que lo revisen. Incluso si resulta ser algo sin importancia, tendrás tranquilidad.
El cáncer de mama no se presenta igual en todas las personas. Confía en tus instintos si algo se siente distinto. Un diagnóstico temprano facilita el tratamiento y mejora los resultados.
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