Suponiendo que la persona que pregunta tiene cáncer de lengua y boca en etapa temprana (estadio tumoral II), estas serían mis respuestas:
Los cirujanos de cabeza y cuello especializados en cáncer suelen tratar tumores malignos en zonas como la cavidad oral, la garganta, las glándulas salivales, la tiroides y los senos paranasales. En el caso de un carcinoma de células escamosas en estadio II de la parte lateral de la lengua oral, la cirugía suele ser el tratamiento principal. Este tipo de cáncer es común en la cavidad oral y el objetivo es extirpar el tumor preservando la mayor cantidad posible de funciones.
La cirugía se considera el tratamiento estándar para el carcinoma de células escamosas de la parte lateral de la lengua, especialmente cuando el tumor es resecable. El cirujano evaluará el tamaño y la profundidad del tumor, y si se ha propagado a los ganglios linfáticos u otras estructuras. Si el cáncer está localizado, la cirugía suele ofrecer la mejor posibilidad de curación, seguida de radioterapia o quimioterapia si es necesario.
El principal beneficio de la cirugía es la eliminación completa del cáncer, lo que es fundamental para mejorar las tasas de supervivencia. Los riesgos pueden incluir sangrado, infección y dificultades para comer, hablar o tragar debido al papel que desempeña la lengua en estas funciones. Su cirujano trabajará para minimizar estos riesgos y analizará las posibles opciones de rehabilitación después de la cirugía.
En el caso de un cáncer en estadio II en la parte lateral de la lengua oral, puede ser necesaria una cirugía reconstructiva para restaurar la forma y la función de la lengua. Esto puede implicar un injerto de tejido de otra parte del cuerpo. La reconstrucción tiene como objetivo garantizar que pueda comer, hablar y mantener una buena calidad de vida después de la cirugía.
La cirugía de la lengua puede afectar temporal o permanentemente el habla y la deglución. El cirujano intentará preservar la mayor cantidad posible de tejido sano. Después de la cirugía, es posible que necesite terapia del habla y de la deglución para recuperar estas funciones. La respiración rara vez se ve afectada, a menos que la cirugía implique la extirpación extensa de tejido cerca de las vías respiratorias.
El seguimiento incluye visitas periódicas para controlar la recurrencia, evaluar la curación y controlar los efectos secundarios. También es posible que necesite estudios de diagnóstico por imágenes, apoyo nutricional y terapia para el habla o la deglución. Se podría recomendar radioterapia o quimioterapia según el estadio del cáncer y la presencia de características de alto riesgo.
En el caso de los cánceres de lengua en etapa II, es habitual que también sea necesario extirpar los ganglios linfáticos del cuello. Por lo tanto, es probable que tenga una cicatriz visible a lo largo del cuello. Su cirujano utilizará técnicas para minimizar las cicatrices y garantizar una extirpación eficaz del cáncer.
La preparación implica someterse a pruebas de diagnóstico por imágenes (como tomografía computarizada o resonancia magnética), análisis de sangre y, posiblemente, evaluaciones dentales. Su cirujano puede recomendarle que evite ciertos medicamentos antes de la cirugía. Las evaluaciones nutricionales y las consultas con terapeutas del habla y de la deglución también pueden ser parte de su preparación.
La cirugía para un tumor en estadio II de cáncer de lengua y boca lateral puede durar entre 3 y 6 horas, según la necesidad de reconstrucción y disección de ganglios linfáticos. La mayoría de los pacientes permanecen en el hospital entre 3 y 5 días para controlar la curación y controlar el dolor. La duración de la hospitalización depende de la complejidad del procedimiento y de cualquier problema posoperatorio inmediato.
Las tasas de éxito dependen del estadio del tumor, su tamaño y si se ha propagado a los ganglios linfáticos. En el caso del carcinoma de células escamosas localizado en la lengua y la boca, la cirugía suele dar lugar a altas tasas de supervivencia, especialmente si se acompaña de terapias adyuvantes adecuadas. Los cánceres en etapa temprana tienen una tasa de supervivencia a los 5 años superior al 75%, mientras que los casos avanzados requieren un tratamiento y un seguimiento más agresivos.