Tratamiento

El tratamiento depende del tipo de tumor, de la diseminación a nivel local y general y de la función hepática. El objetivo del tratamiento es reducir la carga total de la enfermedad y preservar la salud hepática para permitir una función hepática adecuada. Se podrían proponer diferentes tratamientos.

Cirugía

Actualmente, la resección quirúrgica ofrece la mejor posibilidad de curar el cáncer de hígado. Si el tumor es extirpable, el médico puede recomendarle algunos de los siguientes procedimientos:

Hepatectomía parcial

Hepatectomía parcial

En esta operación, se extirpa solo el área cancerosa del hígado y se deja la parte restante. Para que se realice una hepatectomía parcial, el paciente debe tener una porción suficiente de hígado sano que pueda funcionar por su cuenta. Los pacientes con cirrosis a menudo no pueden someterse a esta intervención porque el daño hepático es tan grande que no cuentan con suficiente hígado sano para recuperarse de la cirugía. La cirugía tampoco es una opción para los pacientes que tienen un tumor cerca de las principales arterias, venas o vías biliares del hígado. La hepatectomía parcial se considera la mejor opción de tratamiento disponible para pacientes que padecen cáncer localizado que puede extirparse.

Trasplante de hígado

Trasplante de hígado

En este procedimiento, el médico extirpa el hígado completo (hepatectomía total) y reemplaza el hígado dañado por el hígado sano de un donante de órganos.

Ablación

La ablación es un tipo de tratamiento local que destruye las células tumorales mediante el uso de frío o calor intensos. Los siguientes son tipos de tratamientos de ablación que pueden recomendarse.

Criocirugía

Criocirugía

La criocirugía ataca los tumores mediante su congelación con una sonda de metal muy fría. Por medio de una ecografía, se dirige una sonda hacia el tumor, con la cual se introduce una sustancia extremadamente fría, como nitrógeno líquido. El frío extremo que proviene de la sonda destruye las células cancerosas.

Ablación por radiofrecuencia y microondas

Ablación por radiofrecuencia y microondas

En la ablación por radiofrecuencia (radiofrequency ablation, RFA) y la ablación por microondas se utilizan ondas de radio de gran energía para atacar los tumores. Se introduce una sonda delgada adentro del tumor. Se introduce una sonda delgada, similar a una aguja, en el tumor y se liberan ondas de radio. Esta corriente destruye el tumor con calor extremo. Estas técnicas las realiza un radiólogo intervencionista de forma percutánea.

Inyección Percutánea de Etanol

La inyección percutánea de etanol implica inyectar alcohol al tumor. Esto se ha utilizado en candidatos no quirúrgicos con tumores pequeños.

Tratamiento intraarterial

El tratamiento intraarterial implica introducir un catéter pequeño por la arteria hepática e inyectar pequeñas partículas o medicamentos de quimioterapia en el torrente circulatorio. Como la arteria hepática llega al hígado, las partículas alcanzan y atacan directamente a las células cancerosas del hígado.

Chemoembolization

Quimioembolización

Pequeñas partículas obstruyen el flujo sanguíneo para mantener el medicamento dentro del cáncer de hígado durante un período más prolongado. Muy pocas células sanas del hígado resultan dañadas en este procedimiento. La mayoría de los tumores de hígado reciben su suministro de sangre de la arteria hepática, las células sanas se abastecen de la vena porta. La arteria se obstruye en el lugar del tumor, por lo cual solo el tumor se ve afectado. El hígado sigue recibiendo sangre y nutrientes de la vena porta. La embolización de la arteria hepática sin medicamentos de quimioterapia también se realiza para obstruir el flujo arterial que alimenta el cáncer de hígado.

Radioembolización

Radioembolización

El médico también puede recomendar un procedimiento más reciente llamado "radioembolización", que combina radioterapia con embolización de tumores. En este procedimiento, pequeñas partículas radiactivas que se inyectan selectivamente en la arteria hepática se depositan cerca del tumor y matan las células tumorales mediante la radiación cercana.

Infusión en la arteria hepática
Infusión en la arteria hepática

En este procedimiento, el médico utiliza un catéter para inyectar medicamentos de quimioterapia directamente en la arteria hepática. Este procedimiento permite la administración más directa de la quimioterapia al tumor y reduce los efectos secundarios innecesarios. Este procedimiento se realiza principalmente en Asia. En América del Norte, la radioembolización y la quimioembolización son los tratamientos más frecuentes para pacientes con enfermedad localizada.

Otros tratamientos

También es posible que se recomiende alguno de los siguientes tratamientos locales y sistémicos:

Radioterapia
Radioterapia

En la radioterapia se utilizan ondas de radiación potentes para reducir o eliminar un tumor existente. La radiación externa dirige haces de energía potentes hacia el tumor desde el exterior del cuerpo. La radiación interna introduce sustancias radioactivas en el cuerpo a través de agujas o catéteres.

Radioterapia con haces de protones

Radioterapia con haces de protones

La terapia de protones es un tipo de radioterapia avanzada que usa “protones” en lugar de “fotones” de rayos X para irradiar el tumor. En la radioterapia convencional, los haces de fotones depositan radiación y dañan las células sanas al atravesar el cuerpo. La terapia de protones deposita mayor radiación directamente en el sitio del tumor, lo que resulta en menores daños a los tejidos sanos y menos efectos secundarios.

Inmunoterapia
Inmunoterapia

La inmunoterapia contra el cáncer es un tipo de tratamiento que aprovecha el sistema inmunitario del paciente para atacar y destruir las células tumorales. El sistema inmunitario cuenta con puntos de control inmunitario que le impiden atacar a las células normales del cuerpo.
Las células cancerosas pueden expresar muchos de estos puntos de control en su superficie celular para impedir que el sistema inmunitario las reconozca y las ataque.
Los fármacos de inmunoterapia pueden unirse a los puntos de control inmunitario PD-1 y CTLA-4 de las células inmunitarias, lo que permite que el sistema inmunitario vuelva a detectar las células cancerosas.

Quimioterapia

Quimioterapia

La quimioterapia utiliza medicamentos que eliminan el cáncer y que viajan a través del torrente sanguíneo y destruyen cualquier célula cancerosa que encuentren. La quimioterapia es la mejor opción de tratamiento para pacientes cuyos tumores no se pueden extirpar mediante cirugía. La quimioterapia generalmente se inyecta en las venas o se toma por vía oral. La terapia dirigida es un tipo de quimioterapia que ataca proteínas diana específicas en la superficie de las células cancerosas que hacen que el cáncer crezca más agresivamente. Un grupo de medicamentos de terapia dirigida para el CHC son los medicamentos antiangiogénicos. Otros tipos atacan el proceso de angiogénesis, que es cuando los tumores estimulan el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos para apoyar su crecimiento. Los medicamentos antiangiogénicos funcionan impidiendo que los tumores desarrollen sus propios vasos sanguíneos. Esto puede ralentizar el crecimiento del tumor o, a veces, reducirlo. La terapia dirigida se puede administrar con inmunoterapia en el CHC.

Estudios clínicos
Estudios clínicos

Los estudios clínicos permiten que los pacientes prueben un tratamiento nuevo antes de que esté disponible para el público en general. En algunos casos, puede tratarse de un medicamento nuevo que no se ha utilizado antes en seres humanos; o bien, puede tratarse de un medicamento o una combinación de medicamentos que no se utilizan actualmente para un tipo específico de cáncer. En general, los estudios clínicos en fase temprana se utilizan para probar los efectos secundarios de un medicamento o una combinación de medicamentos; mientras que los estudios clínicos en fase posterior se utilizan para determinar la eficacia de un tratamiento nuevo para un determinado tipo de cáncer. Los estudios clínicos permiten a médicos e investigadores mejorar el tratamiento de los tipos de cáncer con terapias posiblemente más efectivas. Un estudio clínico puede dar lugar a un medicamento nuevo e innovador; o bien, puede no tener efecto alguno. Es importante que hable con el médico acerca de las ventajas y desventajas de los estudios clínicos para su situación en particular. Los estudios clínicos pueden conducir a numerosos adelantos en la medicina y en nuestra capacidad de tratar el cáncer de hígado.