El corazón es el órgano responsable de que la sangre y el oxígeno circulen por el organismo. El corazón late entre 60 y 100 veces por minuto cuando el cuerpo está en reposo. Cada vez que el corazón late, una señal eléctrica recorre el corazón y le indica que debe contraerse y bombear sangre. A medida que la sangre se desplaza por el corazón, atraviesa una serie de cavidades, válvulas y vasos. La sangre desoxigenada ingresa por el costado derecho del corazón; luego, esa sangre se bombea a los pulmones para recoger el oxígeno. Una vez que recoge el oxígeno en los pulmones, la sangre se desplaza desde los pulmones hacia el costado izquierdo del corazón, que bombea la sangre hacia afuera, a través de la aorta, para llevar oxígeno al resto del organismo. Este ciclo se produce cada vez que el corazón late para garantizar una circulación sanguínea continua y un suministro constante de oxígeno a las células del organismo.
Las anomalías en las estructuras y el sistema eléctrico del corazón pueden provocar cardiopatías, como los soplos cardíacos y las arritmias cardíacas. A menudo, estas afecciones son inofensivas, pero pueden ser potencialmente mortales en algunos casos.
Un soplo cardíaco es un sonido anormal de "zumbido" que se escucha durante un latido. Algunos soplos cardíacos son inofensivos (funcionales), mientras que otros pueden provocar problemas de salud graves. Los soplos cardíacos funcionales son sonidos normales provocados por la sangre que fluye por los vasos sanguíneos, las cavidades y las válvulas cardíacas. Son frecuentes en los niños y suelen desaparecer después de la infancia. Los soplos cardíacos dañinos pueden ser causados por una anomalía cardíaca congénita o adquirida, como un orificio en el corazón, una válvula cardíaca defectuosa, una enfermedad del miocardio, un vaso sanguíneo estenosado o una cavidad cardíaca anormal. Con estas anomalías, la sangre que fluye por el corazón provoca un sonido anormal cuando regresa a través de una válvula (insuficiencia valvular), fluye a través de un orificio en la pared del corazón (comunicación) o atraviesa una arteria estenosada (estenosis).
La arritmia cardíaca hace referencia a una frecuencia o un ritmo de los latidos de carácter anormal. Cada vez que el corazón late, se emite una señal eléctrica al corazón, que provoca que este se contraiga y bombee sangre. Los problemas con estas señales eléctricas pueden causar arritmia cardíaca. A raíz de estas señales anormales, el corazón puede llegar a latir demasiado rápido, demasiado lento o de manera irregular. Algunas arritmias son inofensivas, pero otras pueden ser potencialmente mortales si el corazón no puede bombear suficiente sangre al organismo. Entre algunas de las arritmias cardíacas frecuentes, se incluyen las siguientes:
Las anomalías cardíacas congénitas son defectos en la estructura del corazón que están presentes al nacer. Las anomalías cardíacas congénitas pueden incluir un orificio en una pared del corazón, una válvula cardíaca defectuosa o un vaso sanguíneo anormal. Algunas anomalías son bastante inofensivas y casi no requieren tratamiento, mientras que otras pueden ser potencialmente mortales y pueden alterar la circulación normal de la sangre hacia el corazón de manera considerable. Entre algunas de las anomalías cardíacas congénitas frecuentes, se incluyen las siguientes:
Las cardiopatías adquiridas son problemas cardíacos que se desarrollan como consecuencia de una enfermedad o una lesión. Entre algunas de las anomalías cardíacas adquiridas frecuentes, se incluyen los siguientes:
La hipertensión es cuando un individuo tiene una presión arterial anormalmente alta; superior a 140 sobre 90 mmHg (milímetros de mercurio). La presión arterial es determinada por la cantidad de resistencia al flujo sanguíneo de las arterias. Si la resistencia es alta, la presión sanguínea aumentará eventualmente resultando en hipertensión, que puede afectar todas las estructuras del corazón. Si bien la hipertensión en sí misma no causa síntomas, las posibles complicaciones del estrechamiento a largo plazo de los vasos sanguíneos son:
Las soluciones para bajar la presión arterial incluyen: perder peso, comer menos sal, tomar medicamentos, estar activo y pruebas continuas de presión arterial.