Diagnóstico

Existen varios procedimientos y pruebas que el médico puede realizar para diagnosticar correctamente un hepatoblastoma. Entre los más frecuentes, se incluyen los siguientes:

Examen físico
Examen físico

El médico tal vez considere los antecedentes médicos detallados para determinar cualquier factor de riesgo que su hijo pueda tener. Durante un examen físico, el médico puede buscar determinados síntomas del hepatoblastoma, como ictericia, hinchazón o dolor abdominal, o cambios físicos en los órganos internos como el hígado y el bazo.

Análisis de sangre
Análisis de sangre

Es posible que el médico desee medir la cantidad de alfafetoproteína (AFP) en la sangre de su hijo a través de un análisis de sangre para detectar los niveles de AFP. Un número alto de AFP puede ser un indicador precoz de hepatoblastoma. Esta prueba también puede ayudar al médico a controlar la respuesta de su hijo al tratamiento. Asimismo, quizás el médico desee realizarle un hemograma completo, un procedimiento en el cual se analiza una muestra de sangre para verificar el número de glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Además, el médico puede recomendar análisis bioquímicos de sangre para evaluar y controlar la función renal y hepática de su hijo.

Tomografía computarizada

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Tomografía computarizada

En una tomografía computarizada (TC), se utilizan radiografías para producir una imagen del cuerpo. Es posible que le inyecten un colorante especial en las venas y que deba beber un líquido especial para que resalten las vísceras. Una TC revela la presencia de tumores y permite detectar si el cáncer se diseminó a otras partes del organismo.

Resonancia magnética

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Resonancia magnética

En una resonancia magnética (RM), se emplean campos magnéticos, que no son dañinos, para crear imágenes claras y detalladas de órganos y estructuras del cuerpo. Los tejidos absorben la energía de estos campos en patrones y luego la liberan según el tipo de tejido y de enfermedad. Estos patrones luego se traducen por computadora para proporcionar imágenes de varios cortes del cuerpo.

Ecografía endoscópica

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Ecografía endoscópica

Un endoscopio es un tubo delgado con una cámara y una luz en el extremo. Para este procedimiento, el médico introduce un endoscopio con un transductor ecográfico conectado en el extremo. El transductor produce ondas sonoras que rebotan en las vísceras para crear ecos que forman una imagen del páncreas y de los órganos y ganglios linfáticos cercanos.

Ecografía

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Ecografía

La ecografía es un método indoloro, sencillo y rápido que se utiliza para detectar el cáncer de hígado. Durante este procedimiento, se coloca un transductor directamente sobre la piel del abdomen. El transductor produce ondas sonoras que rebotan en las vísceras para crear ecos que forman una imagen. La ecografía no solo puede indicar la presencia de un tumor, sino también la forma, el tamaño y la cantidad de tumores.

Laparoscopía
Laparoscopía

Una laparoscopía es una pequeña operación empleada para examinar visualmente el hígado. La intervención consiste en hacer una pequeña incisión en el abdomen y usar un laparoscopio (un tubo delgado que tiene una cámara y una luz) para detectar cualquier anomalía. También es posible que se extraiga una muestra (biopsia) del hígado durante este procedimiento.

Biopsia

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Biopsia

Una biopsia consiste en la extracción de una muestra de tejido y su posterior análisis al microscopio para determinar si el tejido es canceroso. La muestra de tejido puede obtenerse mediante la inserción de una aguja delgada por ecografía, tomografía computarizada o laparoscopio para guiar la aguja al tumor. Una biopsia de hígado proporciona el diagnóstico más preciso de cáncer de hígado.