Tratamiento
El sarcoma de Ewing se trata con mayor frecuencia con una combinación de quimioterapia, cirugía, o radioterapia si se localiza en un área, pero si el sarcoma se ha diseminado, la quimioterapia es el tratamiento principal. Su médico también puede hablar sobre ensayos clínicos con inmunoterapia y la terapia dirigida como opciones de tratamiento alternativas. Al principio, los médicos tratan a los pacientes con un régimen intensivo de quimioterapia. Después de la quimioterapia, el paciente debe someterse a una cirugía o a radioterapia para la extirpación del resto de tumor. Después de estos tratamientos, el paciente suele recibir más quimioterapia con el fin de destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado.


Quimioterapia
La quimioterapia hace referencia al uso de medicamentos para localizar las células de rápido crecimiento con el fin de destruir las células cancerosas. La mayoría de estos medicamentos se administran a través de una vena (por vía intravenosa). La quimioterapia suele ser el primer tratamiento que proporcionan los médicos para combatir el sarcoma de Ewing. Es posible administrar quimioterapia antes de la cirugía o posteriormente para aumentar las probabilidades de que una operación sea exitosa. La quimioterapia también puede proporcionarse a pacientes cuyo cáncer se ha metastatizado (diseminado) a otras partes del organismo.Los médicos rara vez consideran quimioterapia de dosis alta con rescate de células madre en la que se administra quimioterapia para matar las células cancerosas y el trasplante de células madre que reemplaza a las células formadoras de sangre que se destruyen durante la quimioterapia.

Cirugía
Los médicos a menudo realizan cirugía para extirpar los tumores del sarcoma de Ewing después de que el paciente termina el régimen inicial de quimioterapia. El médico tratará de extirpar solamente el tumor y la menor cantidad posible de hueso afectado. Antes, la única opción de tratamiento quirúrgico para los pacientes que tenían tumores óseos en un brazo o una pierna era la amputación (extirpación de la extremidad). Gracias a los avances recientes en las técnicas quirúrgicas, y la adición de quimioterapia y radiación, por lo general los médicos pueden realizar una cirugía para la preservación de un miembro en estos pacientes. En este procedimiento, el médico extrae el tumor y, al mismo tiempo, conserva los tendones, los nervios y los vasos sanguíneos cercanos y, de esa manera, el paciente puede conservar el uso del brazo o la pierna. En algunos casos más avanzados en los que el cáncer ha invadido estas estructuras, la amputación puede ser la mejor opción. Después de extirpar el tumor, el médico reemplaza el hueso extraído por un injerto óseo de otra área del organismo o por un reemplazo protésico interno.

Radioterapia
En la radioterapia, se usan rayos de gran energía para localizar y destruir las células cancerosas. La radioterapia no suele usarse como tratamiento principal del sarcoma de Ewing, pero puede emplearse después del primer régimen de quimioterapia si no es posible realizar una cirugía, o a veces además de la cirugía. También puede usarse para aliviar los síntomas de la enfermedad en pacientes que padecen sarcoma de Ewing avanzado.
Radioterapia con haces de protones
La terapia de protones es un tipo de radioterapia avanzada que usa “protones” en lugar de “fotones” de rayos X para irradiar el tumor. En la radioterapia convencional, los haces de fotones depositan radiación y dañan las células sanas al atravesar el cuerpo. La terapia de protones deposita mayor radiación directamente en el sitio del tumor, lo que puede resultar en menores daños a los tejidos sanos y menos efectos secundarios.
- Consulte Terapia de protones para obtener más información.

Terapia dirigida
La frase terapia dirigida significa que el tratamiento afecta, principalmente, las vulnerabilidades genéticas de las células cancerosas. A diferencia de la quimioterapia convencional, la terapia dirigida no ataca a todas las células que se dividen rápidamente en el organismo, para que pueda ahorrar tejido normal. El objetivo de la terapia dirigida es detener el crecimiento de las células cancerosas al interferir con las señales que causan que el cáncer crezca o persista. La terapia dirigida no funciona en todos los casos (resistencia primaria) o es posible que funcione durante un tiempo y, luego, deje de funcionar (resistencia adquirida). Existen terapias orales dirigidas que se utilizan en pacientes con sarcoma de Ewing que se ha diseminado después de la quimioterapia intravenosa.

Estudios clínicos
Los estudios clínicos permiten que los pacientes prueben un tratamiento nuevo antes de que esté disponible para el público en general. En algunos casos, puede tratarse de un medicamento nuevo que no se ha utilizado antes en seres humanos; o bien, puede tratarse de un medicamento o una combinación de medicamentos que no se utilizan actualmente para un tipo específico de cáncer. En general, los estudios clínicos en fase temprana se utilizan para probar los efectos secundarios de un medicamento o una combinación de medicamentos; mientras que los estudios clínicos en fase posterior se utilizan para determinar la eficacia de un tratamiento nuevo para un determinado tipo de cáncer. Los estudios clínicos permiten a médicos e investigadores mejorar el tratamiento de los tipos de cáncer con terapias posiblemente más efectivas. Un estudio clínico puede dar lugar a un medicamento nuevo e innovador; o bien, puede no tener efecto alguno. Es importante que hable con el médico acerca de las ventajas y desventajas de los estudios clínicos para su situación en particular.