Tratamiento
La quimioterapia es el tratamiento inicial del linfoma infantil. La quimioterapia puede estar seguida de tratamientos pensados para prevenir la recidiva del linfoma. Los pacientes que inicialmente no responden bien a la quimioterapia y aquellos que han estado en etapa de remisión, pero en quienes la enfermedad reaparece, pueden ser sometidos a quimioterapia de dosis alta seguida de un trasplante de células madre; o bien, pueden administrarse otros tipos de medicamentos elaborados para llevar al paciente a la etapa de remisión. Se puede realizar una cirugía para extirpar la mayor cantidad posible de tumor en el caso del linfoma de Hodgkin con predominio de linfocitos nodular localizado en niños. A continuación, se detallan algunos de los procedimientos que el médico puede recomendar para el tratamiento inicial del linfoma infantil:
Quimioterapia
La quimioterapia es el tratamiento principal de todos los estadios del linfoma. La quimioterapia hace referencia al uso de medicamentos para localizar las células de rápido crecimiento con el fin de destruir las células cancerosas. Medicamentos de quimioterapia pueden ser administrados por medio de la vena (vía intravenosa) o por la boca (vía oral). Los médicos generalmente proporcionan una combinación de distintos medicamentos de quimioterapia para tratar los linfomas. Para algunos pacientes que no responden bien a estos regímenes, los médicos pueden recomendar quimioterapia de dosis alta con trasplante de células madre o terapias de células T con receptor de antígeno quimérico.

Radioterapia
En la radioterapia se usan rayos o partículas de gran energía que un aparato produce de manera precisa para destruir las células del linfoma que se encuentran en los ganglios o las masas tumorales. El médico puede recomendar el tratamiento con radiación después de completar la quimioterapia para eliminar cualquier vestigio del linfoma que pueda quedar tras la quimioterapia. En algunas ocasiones, los médicos también prescriben solo radiación para tratar algunos casos de linfoma no Hodgkin en estadio inicial. El médico que proporciona estos tipos de tratamientos se denomina "radioterapeuta" u "oncólogo radiólogo". Estos médicos generalmente emplean una técnica de radiación, llamada "radioterapia dirigida al campo afectado", para tratar los linfomas. Esta técnica les permite localizar solo la parte del organismo donde se encuentra el linfoma.
Radioterapia de intensidad modulada
En la radioterapia de intensidad modulada, se utiliza un número incluso mayor de haces de rayos X y ángulos de haces para permitir variaciones en el patrón de administración de dosis, de forma tal que el tumor reciba una dosis total mayor que la que recibirán los tejidos sanos.
Tratamiento con anticuerpos monoclonales
Este tratamiento consiste en la administración de medicamentos, llamados "anticuerpos", que actúan como parte del sistema inmunitario y se utilizan para atacar las células cancerosas. Estos anticuerpos son medicamentos similares a los anticuerpos normales que producen las células B normales del organismo para combatir infecciones, que localizan las bacterias y otros agentes infecciosos frecuentes. No obstante, estos medicamentos localizan partes de la célula del linfoma y la destruyen. La terapia con anticuerpos puede cumplir una función importante en el linfoma de Burkitt, así como en el linfoma difuso de células B grandes y anaplásico de células grandes y en el linfoma de Hodgkin.
Radioinmunoterapia
La radioinmunoterapia es el tratamiento con anticuerpos monoclonales que tienen moléculas radioactivas adheridas. Los anticuerpos monoclonales llevan la radiación directamente a las células cancerosas. Por lo general, la radioinmunoterapia es más efectiva que los anticuerpos no radioactivos y está aprobada en Estados Unidos para el tratamiento de pacientes que padecen linfomas de crecimiento lento.
Trasplante de células madre
Mediante este procedimiento, los pacientes pueden recibir dosis altas de quimioterapia. Las dosis altas destruyen las células del linfoma en el organismo del paciente, pero también provocan daños importantes a las células normales de la médula ósea. Después de la quimioterapia, el paciente recibe células madre que forman la sangre y permiten que el organismo genere nuevas células sanguíneas sanas en la médula ósea. En un autotrasplante de células madre, se obtienen células madre del paciente antes de administrar el tratamiento con dosis altas. En un alotrasplante, se obtienen células madre de un donante sano.
Inhibidores de proteínas
Los inhibidores de proteínas interrumpen el crecimiento del tumor, ya que bloquean las proteínas necesarias para el crecimiento de las células y la formación de nuevos vasos sanguíneos. Estos tratamientos, que se encuentran en investigación intensiva, son muy recientes y ofrecen grandes probabilidades de brindar ventajas a los pacientes que tienen linfomas.

Sustancia inmunomoduladora
La sustancia inmunomoduladora estimula el sistema inmunitario del paciente y ayuda a combatir las células del linfoma, pero también tiene otras formas de controlar el crecimiento de las células cancerosas. Estos medicamentos nuevos también parecen muy prometedores para el tratamiento de los linfomas.

Inmunoterapia con CAR-T
Un abordaje de la inmunoterapia está siendo estudiado actualmente en ensayos clínicos y consiste en diseñar las propias células inmunológicas de un paciente a fin de reconocer y atacar sus tumores. Las células T son un tipo de célula inmunológica extraídas de la propia sangre del paciente. Una vez extraídas, las células T se modifican genéticamente para producir receptores especiales en su superficie llamados receptores de antígenos quiméricos (chimeric antigen receptors, CAR). Luego, estas células modificadas genéticamente se vuelven a infundir en el torrente sanguíneo del paciente. Después de la reinfusión, las células T se multiplican en el cuerpo del paciente y, con la guía de su receptor modificado, pueden reconocer y destruir las células cancerosas.

Estudios clínicos
Los estudios clínicos son estudios de nuevos tratamientos contra el cáncer que son prometedores para tratar la enfermedad. En los estudios clínicos en etapa 1, se presenta un tratamiento nuevo a un pequeño grupo de pacientes para determinar si es seguro. En los estudios clínicos en etapa 2, se prueba si un tipo específico de cáncer responde bien al tratamiento nuevo. En los estudios clínicos en etapa 3, generalmente se compara el tratamiento nuevo con el tratamiento habitual de la enfermedad. Dichos estudios, en particular los estudios en las etapas 2 y 3, están pensados para ofrecer las mejores probabilidades de llevar la enfermedad a una etapa de remisión empleando medicamentos de uso habitual y no habitual. Asimismo, estos estudios responden importantes preguntas respecto de la eficacia con la que estos medicamentos funcionan para el linfoma particular que se está tratando, así como la determinación de si son o no una buena opción de tratamiento para los pacientes que tienen linfomas. Dichos estudios también pueden ser la mejor opción de tratamiento en pacientes que tienen linfomas que no han tenido una buena respuesta a los tratamientos tradicionales. La terapia de protones también se está utilizando en los estudios clínicos.
¿Qué es la terapia de protones?
La terapia de protones es un tipo de radioterapia avanzada que usa “protones” en lugar de “fotones” de rayos X para irradiar el tumor. En la radioterapia convencional, los haces de fotones depositan radiación y dañan las células sanas al atravesar el cuerpo. La terapia de protones deposita mayor radiación directamente en el sitio del tumor, lo que resulta en menores daños a los tejidos sanos y menos efectos secundarios.