Han culminado los tratamientos contra el cáncer y el médico ya no encuentra células cancerosas en el organismo. El médico le comenta que el cáncer está en remisión, lo que significa que el tratamiento fue exitoso y que el cáncer desapareció. Es posible que se sienta feliz por haber sobrevivido al cáncer o, quizás, aún puede sentirse física y emocionalmente agotado por el tratamiento. De cualquier manera, es importante que no falte a las consultas de seguimiento y que mantenga informado al médico sobre los cambios en su cuerpo. A pesar de que el cáncer puede desaparecer de manera permanente, siempre existe la posibilidad de que regrese. Cuando un cáncer en remisión vuelve a aparecer, se denomina "cáncer recidivante".
El cáncer regresa porque algunas células pueden permanecer en el organismo después del tratamiento. En general, estas células cancerosas son diminutas y no pueden detectarse mediante las pruebas de diagnóstico, como los marcadores tumorales de laboratorio, las tomografías computarizadas, las tomografías por emisión de positrones, las resonancias magnéticas o las radiografías. Con el tiempo, estas pequeñas células pueden crecer y una vez más tener un tamaño lo suficientemente grande como para ser detectadas. El cáncer puede volver a aparecer meses o incluso años después del primer tratamiento. Si la recidiva tiene lugar poco tiempo después de la remisión, el tumor será más agresivo y la afección será de mayor gravedad. Muchos médicos no consideran que el cáncer que reaparece dentro de los tres meses siguientes a la remisión es recidivante. En cambio, tienen la certeza de que el cáncer nunca desapareció de manera completa y afirman que ha avanzado.
El cáncer puede reaparecer en la misma parte del cuerpo o en cualquier otro lugar. Se clasifica como el mismo tipo de cáncer incluso si reaparece en una parte diferente del cuerpo. Por ejemplo, si el cáncer de mama reaparece en el hígado, aún se denomina cáncer de mama, pero se dice que ha metastatizado (diseminado) al hígado. Existen tres clasificaciones del cáncer recidivante, dependiendo de la ubicación de la recidiva.
El cáncer regresa en la misma ubicación en donde se encontraba el primer tumor.
El cáncer reaparece en los tejidos o los ganglios linfáticos cercanos al primer tumor.
El cáncer se ha desplazado (metastatizado) a través del sistema linfático o el torrente circulatorio a una parte distante del cuerpo.
Un cáncer recidivante puede ser abrumador y generar muchas emociones difíciles. Es posible que le preocupe que el cáncer vuelva a aparecer si está en la etapa de remisión; o bien, puede sentir enojo, depresión, temor o conmoción si ya volvió a aparecer. Estas emociones son normales, pero es fundamental mantener una perspectiva positiva y seguir adelante. Recuerde que no es la primera vez que lucha contra el cáncer.