La quimioterapia hace referencia al uso de medicamentos para localizar las células de rápido crecimiento con el fin de destruir las células cancerosas. Los medicamentos que se utilizan en quimioterapia destruyen tanto las células sanas como las células cancerosas. El medicamento se denomina sistémico, ya que recorre todo el cuerpo. Medicamentos de quimioterapia pueden ser administrados por medio de la vena (vía intravenosa) o por la boca (vía oral). Debido a que los medicamentos de quimioterapia afectan todas las células del organismo que se dividen rápidamente (no solo las células cancerosas), estos medicamentos pueden tener graves efectos secundarios. Los efectos secundarios comunes de la quimioterapia incluyen cansancio, náuseas, pérdida del cabello y dificultades para concentrarse. También puede aparecer neuropatía periférica, o daño en los nervios.
Las terapias dirigidas o los medicamentos de precisión están elaborados para bloquear un objetivo específico, generalmente una proteína o un cambio genético, que puede influir en el crecimiento y el desarrollo de células cancerosas. Debido a que las terapias dirigidas atacan directamente las células cancerosas, suelen tener menos efectos secundarios que los medicamentos tradicionales, como los utilizados en quimioterapia, que atacan todas las células que se dividen rápidamente.
Los dos tipos principales de terapia dirigida son los medicamentos de moléculas pequeñas y los anticuerpos monoclonales.
La inmunoterapia es un nuevo tratamiento contra el cáncer que estimula el sistema inmunitario para atacar células cancerosas. Los anticuerpos monoclonales se consideran un tipo de inmunoterapia, al igual que un tipo de terapia dirigida, ya que estos medicamentos hacen que el sistema inmunitario localice y destruya células cancerosas. Otro tipo de inmunoterapia es inhibidora del punto de control del sistema inmune. El sistema inmune tiene "puntos de control", que son proteínas que se unen a las células y le indican al sistema inmunológico para atacar las células o dejarlas solas. A veces, las células cancerosas pueden tener grandes cantidades de estas proteínas de control, haciendo que el sistema inmunológico las ignorare. Los inhibidores de punto de control inmunes bloquean estos puestos de control, haciendo que el sistema inmunológico para atacar las células cancerosas. Otros dos tipos comunes de inmunoterapia son los interferones y las interleucinas. Los interferones estimulan el sistema inmunitario para que combata el cáncer o las infecciones. Las interleucinas ayudan a las células inmunitarias a desarrollarse y reproducirse rápidamente.
Cada uno de estos tipos de medicamentos puede combinarse con otro, o con otros tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia. En algunos casos, las células cancerosas pueden volverse resistentes a la quimioterapia o la terapia dirigida, y es posible que se recomienden tratamientos combinados.