Diagnóstico de la metástasis ósea

Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer, deberá someterse a análisis clínicos y pruebas de diagnóstico por imágenes para determinar si el cáncer se ha diseminado a los huesos o a algún otro órgano. Después de estas pruebas, si el médico sigue sin tener la certeza de si el cáncer se diseminó a los huesos, es posible que sea necesario hacer una biopsia para confirmar el diagnóstico.

Pruebas de diagnóstico por imágenes

Se pueden utilizar radiografías, gammagrafías óseas, tomografías computarizadas (TC), resonancias magnéticas (RM) y tomografías por emisión de positrones (TEP) para determinar el alcance de la enfermedad y para controlar la respuesta del paciente al tratamiento.

Radiografía
Radiografía

- Una radiografía puede revelar las zonas debilitadas del hueso, las áreas en las que hay mayor densidad ósea y las fracturas de huesos. Muchas veces, una simple radiografía del área afectada puede mostrar si el cáncer se ha diseminado a los huesos. Las radiografías no se utilizan para detectar la presencia de metástasis ósea, pero se pueden indicar para analizar un área específica que esté causando dolor o para examinar en detalle las áreas anómalas que se observan por medio de una gammagrafía ósea.

Gammagrafía ósea

Click Image to Enlarge.

Gammagrafía ósea

Una gammagrafía ósea proporciona una imagen de todos los huesos de una sola vez y les permite a los médicos detectar pequeñas áreas con células cancerosas que no son visibles mediante radiografías típicas. Se inyecta un marcador radioactivo por vía intravenosa que es atraído por las áreas en las que hay mayor actividad ósea. Este marcador se acumula en áreas del hueso que hayan sido dañadas por el cáncer y que se están desarrollando y sanando. Las gammagrafías óseas son muy sensibles, lo que implica que son muy precisas y que muestran cualquier área sospechosa de los huesos. Sin embargo, las gammagrafías óseas también pueden detectar condiciones benignas del hueso asociadas a otras enfermedades; por ello, quizás sea necesario realizar otras pruebas, como tomografías computarizadas, resonancias magnéticas o biopsias, para confirmar el diagnóstico.

Tomografía computarizada

Click Image to Enlarge.

Tomografía computarizada

En una tomografía computarizada (TC), se utilizan radiografías para producir una imagen del cuerpo. Es posible que le inyecten un colorante especial en las venas y que deba beber un líquido especial para que resalten las vísceras. Una TC produce imágenes detalladas de los tejidos blandos del cuerpo y le permite al médico determinar si un tumor óseo ha crecido en los tejidos cercanos, como la grasa, los músculos o los tendones.

Resonancia magnética

Click Image to Enlarge

Resonancia magnética

En una resonancia magnética (RM), se emplean ondas de radio y un imán potente para crear imágenes detalladas y claras de las distintas partes del cuerpo. El organismo absorbe las ondas de radio, que se liberan siguiendo un patrón determinado que es interpretado por una computadora para mostrar cortes del cuerpo humano. Si el médico advierte una anomalía en la radiografía de hueso, puede solicitar una RM para controlarla más detenidamente. En comparación con las radiografías simples, las RM muestran muchos más detalles de los huesos y el tejido blando y permiten determinar la extensión del cáncer.

Tomografía por emisión de positrones

Click Image to Enlarge

Tomografía por emisión de positrones

Para realizar una tomografía por emisión de positrones (TEP), el médico inyecta una sustancia radiactiva (generalmente glucosa radiactiva) en el torrente circulatorio del paciente. Esta sustancia se acumula en las células que están activas desde el punto de vista metabólico y que usan glucosa, como las células malignas (cancerosas) del organismo del paciente, durante aproximadamente una hora. El médico luego utiliza un tomógrafo para detectar estas áreas de radioactividad y encontrar la ubicación exacta del cáncer en el organismo del paciente. La TEP puede ayudar al médico a determinar si el cáncer se ha diseminado hacia otros huesos, órganos o partes del organismo.

Análisis clínicos

Análisis clínicos

Click Image to Enlarge.

Se pueden realizar análisis clínicos para analizar la sangre y la orina y, así, detectar las sustancias que se liberan en el organismo cuando el cáncer se disemina a los huesos. Un perfil bioquímico de la sangre mide los niveles de diferentes sustancias en la sangre, como proteínas, creatinina, calcio y nitrógeno ureico en la sangre (NUS). El médico analizará el nivel de calcio en la sangre y buscará algún signo de hipercalcemia. El médico además debe controlar los niveles en sangre de las enzimas fosfatasa alcalina (FA) y lactato deshidrogenasa (LDH), que pueden aumentar cuando el cáncer se disemina a los huesos. El médico puede medir los niveles de N-telopéptido en la orina. Un nivel elevado de N-telopéptido puede indicar una enfermedad ósea o un cáncer metastásico. La electroforesis de proteína en sangre y orina es una prueba que detecta las proteínas de mieloma múltiple en la sangre y en la orina, y puede indicarse para descartar la presencia de mieloma múltiple.

Biopsia

Biopsia

Click Image to Enlarge.

Es posible que sea necesario realizar una biopsia de hueso si, después de las pruebas de diagnóstico por imagen y los análisis clínicos, el médico sigue sin tener la certeza de si el cáncer se diseminó a los huesos. Si se encuentra algún área sospechosa en estas pruebas, se extrae una pequeña muestra del tejido del hueso y se examina al microscopio para determinar si es cancerosa. La biopsia constituye la única manera de comprobar la presencia de cáncer. Se puede utilizar una tomografía computada para guiar la aguja de la biopsia hacia el área sospechosa.