La velocidad de la leucemia depende mucho de su tipo. ¿Se notan los síntomas tempranos de la leucemia? Eso está estrechamente relacionado con la rapidez con que se desarrolla cada tipo.
Las leucemias agudas avanzan rápidamente, de manera más repentina. En lugar de madurar hasta convertirse en glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas normales, las células inmaduras se multiplican de forma descontrolada y desplazan a las sanas.
Los efectos suelen sentirse en cuestión de semanas. El cansancio, las infecciones frecuentes, los moretones o los problemas de sangrado no aparecen lentamente, sino que surgen rápido y empeoran con rapidez.
Por ejemplo, la leucemia linfoblástica aguda (LLA), la más común en niños, puede comenzar con fiebre, cansancio o hemorragias nasales repetidas. La leucemia mieloide aguda (LMA), más frecuente en adultos, puede provocar un cansancio intenso y problemas de sangrado que se agravan en poco tiempo.
Por esa rapidez, el tratamiento de las leucemias agudas suele ser urgente.
Las leucemias crónicas progresan más lentamente y duran más tiempo. Las células cancerosas están más maduras y se dividen con menor rapidez, por lo que los síntomas pueden ser sutiles al inicio o incluso inexistentes.
La leucemia linfocítica crónica (LLC) suele descubrirse por casualidad en un análisis de sangre rutinario, antes de que la persona se sienta enferma. La leucemia mieloide crónica (LMC) también puede detectarse de esta manera.
Cuando los síntomas aparecen, pueden tardar años en desarrollarse e incluir sudores nocturnos, pérdida de peso inexplicable, cansancio o una sensación de plenitud abdominal causada por un bazo agrandado.
Los médicos controlan la progresión con hemogramas, muestras de médula ósea y estudios de imagen. Progresión significa que las células anormales están ocupando la médula y desplazando a las sanas, y el cuerpo lo manifiesta.
Para los pacientes, los cambios se notan más en la vida diaria.
Un cansancio que antes era leve puede de repente dejarte agotado. Alguien que nunca necesitó transfusiones puede ahora requerirlas con frecuencia. Una persona que rara vez enfermaba puede encontrarse luchando contra una infección tras otra. Estos cambios son señales de que la enfermedad está avanzando.