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Terapia de células T con Receptor de Antígeno Quimérico (RAQ)

¿Qué es la Terapia de células T RAQ?

La terapia de células T RAQ es una forma de tratar el cáncer que usa las células del sistema inmunitario propias de un paciente, que se llaman células T, después de que estas células se hayan modificado para reconocer mejor y matar el cáncer del paciente. Las células T se diseñan en el laboratorio y después han expanden en grandes cantidades y se vuelven a infectar al paciente. Este tipo de tratamiento se transferencias un sistema inmunitario dentro del paciente que están capaz de matar el cáncer inmediatamente. RAQ representa Receptor de Antígeno Quimérico, que representa la parte genéticamente modificada de la célula T. El RAQ de la célula T tiene proteínas que permiten las células T a conocer las células cancerígenas específicas y también se activan para matar las células cancerosas.
Cuando están en el cuerpo, las células T RAQ pueden crecer aún más hasta llegar a un gran número, persistir durante largos períodos de tiempo y proporcionar un control tumoral continuo y una posible protección contra la recurrencia.

¿Cómo se fabrican y administran las células T RAQ para cada paciente individual?

El primer paso es para recolectar las células T del paciente de su sangre usando un procedimiento ambulatorio conocido como leucoféresis. Estas células T son enviadas a el laboratorio para ser modificadas y fabricadas. Las células T que contienen RAQ se devuelven para reinfusión en el paciente. Este proceso demora casi dos semanas. Durante el tiempo que las células se están desarrollando, los pacientes típicamente reciben quimioterapia especifica que puede ayudar a preparar el sistema inmune para que apoye las células T RAQ una vez que se hayan devuelto al paciente.

Posibles efectos adversos de la terapia de células T con RAQ

Las células T RAQ se administran en el hospital, donde el paciente puede ser monitoreado de cerca. Los pacientes que reciben la terapia con células T RAQ normalmente desarrollan bajos recuentos de células sanguíneas del tratamiento, con fatiga, riesgo de infección y necesidad de apoyo transfusional. Algunos pacientes también pueden tener algunas de sus células inmunes normales, llamadas células B, destruidas como espectadores del tratamiento, lo que causa una condición llamada aplasia de células B. Debido a que las células B normalmente producen anticuerpos para proteger a las personas de las infecciones, las personas con anemia de células B necesitan recibir anticuerpos periódicamente por vía intravenosa.

Además, hay dos efectos adversos significativos que pueden ocurrir después de la terapia con células T RAQ, ambos potencialmente serios: síndrome de liberación de citocinas y complicaciones neurológicas. Los pacientes con síndrome de liberación de citocinas generalmente desarrollan fiebre, erupción cutánea, dolor de cabeza y cambios en la presión arterial. Los síntomas de los efectos tóxicos neurológicos van desde dolores de cabeza hasta la confusión, el delirio y las convulsiones. Aunque la aparición de los síntomas puede ocurrir en cuestión de minutos u horas, pueden verse días o semanas después. Los efectos adversos suelen ser reversibles, pero se han observado casos raros de síntomas a largo plazo. Los posibles efectos adversos a largo plazo pueden incluir disfunción cardiaca, sangrado, y/o insuficiencia renal o hepática.
El tratamiento de los efectos severos neurotóxicos o de RAQ puede implicar el uso de medicamentos específicos para revertir estos síntomas.

Rol Actual

La terapia con células T RAQ ha recibido la aprobación preliminar para el tratamiento de niños y adultos jóvenes con una forma específica de leucemia que no se ha curado con el tratamiento de quimioterapia inicial. Ahora, se está estudiando en muchos otros entornos de tratamiento del cáncer y puede llegar a ser más ampliamente utilizado en función de los resultados de la investigación clínica en curso.