Tratamiento
El tratamiento del cáncer de las vías biliares depende de la ubicación y el alcance de la enfermedad, y de si el tumor se puede eliminar mediante cirugía. Es posible que el médico le recomiende algunos de los siguientes procedimientos para tratar el cáncer de las vías biliares:
Cirugía
La cirugía es el tratamiento principal del cáncer de las vías biliares extirpable, o cáncer que se puede extirpar por completo con cirugía. Desafortunadamente, debido a la naturaleza avanzada de la enfermedad al momento del diagnóstico, solo cerca del 10 % al 20 % de los pacientes tienen tumores extirpables según la evaluación inicial. Si el tumor no es extirpable o el cáncer se ha extendido, el médico puede recomendar una cirugía paliativa para tratar los síntomas y las complicaciones de la enfermedad, como la obstrucción de las vías biliares. Es posible que el médico le recomiende alguna de las siguientes intervenciones quirúrgicas:
Extirpación de la vía biliar
En el caso de los tumores extrahepáticos en estadio inicial que se limitan a una vía biliar, es posible que el cirujano pueda extirpar solo la porción de la vía biliar afectada por el cáncer. El médico luego volverá a unir las vías biliares que quedan al intestino delgado para permitir que la bilis fluya con normalidad. Sin embargo, en la mayoría de los casos se requiere una hepatectomía parcial como parte de la operación que se describe a continuación.
Hepatectomía parcial
El médico puede recomendar una cirugía parcial del hígado o hepatectomía para tratar el cáncer de los conductos biliares intrahepáticos, o el cáncer que comienza en los conductos biliares dentro del hígado. Durante este procedimiento, el cirujano extirpa parte del hígado donde se localiza el tumor.
Procedimiento de Whipple
Esta operación se utiliza para extirpar la cabeza del páncreas, algunas veces una parte del estómago, una parte del intestino delgado, una parte del conducto colédoco, los ganglios linfáticos cercanos al páncreas y la vesícula biliar. El médico puede recomendar este procedimiento para tumores de las vías biliares ubicados cerca del páncreas. Es una operación compleja, pero cuando la realiza un cirujano que realiza muchos de estos procedimientos con regularidad, los efectos secundarios y las complicaciones graves son poco frecuentes.

Cirugía paliativa
En algunos casos, el tumor puede obstruir las vías biliares, impidiendo el flujo de bilis del hígado al intestino delgado. Esto suele causar ictericia, picazón y otros síntomas. Si el tumor es irresecable, el médico puede recomendar cirugía para aliviar estos síntomas y complicaciones. El médico también puede colocar un stent para permitir que la bilis drene de la zona obstruida.
Otros tratamientos

Radioterapia
En la radioterapia se usan rayos de gran energía producidas por un aparato para destruir las células cancerosas. El médico puede prescribir radioterapia para reducir el tumor antes de la cirugía y para eliminar cualquier vestigio de cáncer después de la cirugía. También puede utilizar la radiación como tratamiento principal para pacientes que tienen tumores extirpables o como tratamiento paliativo para reducir tumores y aliviar complicaciones. La forma más frecuente de radiación para esta enfermedad es la radiación con haces externos, en la cual un aparato de gran tamaño emite radiación hacia el tumor desde el exterior del cuerpo, orientada desde varios ángulos diferentes. En la radiación interna, se colocan gránulos radioactivos dentro de un pequeño tubo que se introduce en la vía biliar de manera temporal. Otros tipos de radioterapia incluyen radioterapia estereotáctica corporal (SBRT), radioterapia de intensidad modulada (IMRT) y radioterapia de haz de protones. SBRT implica la administración de dosis muy altas de radiación durante una o dos semanas y es mejor para tumores más pequeños. IMRT se usa cuando el tumor está cerca del tracto gastrointestinal. En la IMRT, se da forma a los haces de radiación, se apuntan desde diferentes ángulos y se ajusta su intensidad, para reducir el daño a los tejidos sanos y disminuir los efectos secundarios. La radioterapia de haz de protones implica el uso de partículas de alta energía para atacar los tumores sin dañar los órganos cercanos. Hable con su médico acerca de qué tipo de radioterapia es adecuado para usted.
Quimioterapia
La quimioterapia utiliza medicamentos que destruyen las células cancerosas y que viajan a través del torrente sanguíneo para eliminar cualquier célula cancerosa que encuentren. Los medicamentos de quimioterapia pueden administrarse por vía intravenosa o por vía oral. El médico puede recomendar la quimioterapia antes de una cirugía para reducir el tamaño del tumor, o después de la cirugía para eliminar cualquier célula cancerosa que quede en el cuerpo. También puede usarse la quimioterapia como tratamiento principal en casos de cáncer más extendido.
Terapias Dirigidas
Las terapias dirigidas o los medicamentos de precisión están elaborados para bloquear un objetivo específico, generalmente una proteína o un cambio genético, que puede influir en el crecimiento y el desarrollo de células cancerosas. Debido a que las terapias dirigidas atacan directamente las células cancerosas, suelen tener menos efectos secundarios que los medicamentos tradicionales, como los utilizados en quimioterapia, que atacan todas las células que se dividen rápidamente.
Recientemente se han identificado varias dianas genéticas en los cánceres de las vías biliares. Estas incluyen mutaciones en los genes IDH1/2, FGFR2 y HER2, que se detectan mediante pruebas moleculares. Consulte con su médico para determinar si su tumor debe someterse a pruebas moleculares y si la terapia dirigida es una opción de tratamiento para usted.

Imunoterapias
La inmunoterapia es un nuevo tratamiento contra el cáncer que estimula el sistema inmunitario para atacar células cancerosas. En combinación con quimioterapia, se ha demostrado que mejora la supervivencia en pacientes con cáncer generalizado de los conductos biliares.

Estudios clínicos
Los estudios clínicos permiten que los pacientes prueben un tratamiento nuevo antes de que esté disponible para el público en general. En algunos casos, puede tratarse de un medicamento nuevo que no se ha utilizado antes en seres humanos; o bien, puede tratarse de un medicamento o una combinación de medicamentos que no se utilizan actualmente para un tipo específico de cáncer. En general, los estudios clínicos en fase temprana se utilizan para probar los efectos secundarios de un medicamento o una combinación de medicamentos; mientras que los estudios clínicos en fase posterior se utilizan para determinar la eficacia de un tratamiento nuevo para un determinado tipo de cáncer. Los estudios clínicos permiten a médicos e investigadores mejorar el tratamiento de los tipos de cáncer con terapias posiblemente más efectivas. Un estudio clínico puede dar lugar a un medicamento nuevo e innovador; o bien, puede no tener efecto alguno. Pueden estar abiertos en un sitio o en varios sitios en todo el país. Es importante que hable con el médico acerca de las ventajas y desventajas de los estudios clínicos para su situación en particular.