El dolor es una parte importante del sistema de defensa natural del organismo. Es la forma en la que el organismo le advierte que algo le va a doler o le comunica que se ha lesionado de alguna manera. Por ejemplo, el dolor que siente al tocar una estufa caliente le advierte que debe sacar la mano de allí para evitar quemarse. El dolor que siente si se fractura una pierna le impide caminar o usar la pierna de modo que pueda curarse satisfactoriamente.
Alrededor del 75 % de los pacientes en estadio avanzado y el 35 % de los pacientes que deben someterse a tratamientos sienten algún tipo de dolor. El dolor relacionado con el cáncer puede ser provocado por el cáncer en sí, los efectos secundarios del tratamiento o ambos. El cáncer y sus tratamientos pueden provocar dolor de la siguiente manera:
El control del dolor es una parte importante del tratamiento contra el cáncer, y usted debería informar al equipo de atención médica todo tipo de dolor que tenga. El dolor puede ser debilitante y, si no se trata, puede disminuir considerablemente la calidad de vida. No obstante, existen diversas maneras eficaces para controlar y tratar el dolor relacionado con el cáncer.
Por lo general, el equipo de atención médica le hará las siguientes preguntas para evaluar la intensidad y la causa del dolor:
A partir de las respuestas, el médico determinará la causa exacta del dolor y elaborará un plan de tratamiento para usted. El control del dolor tiene un papel fundamental en la atención de los pacientes con cáncer. El médico adaptará el plan de control del dolor a su afección específica, dependiendo del tipo, la duración y la intensidad del dolor. El médico le seguirá haciendo estas preguntas a lo largo de todo el tratamiento para determinar si está respondiendo favorablemente.
Existen distintas opciones de tratamiento para controlar el dolor relacionado con el cáncer. El médico tratará de extirpar o reducir el tumor que provoca el dolor mediante cirugía, quimioterapia o radioterapia. Tal vez le recete medicamentos contra el dolor que, según investigaciones, reducen el dolor eficazmente en la mayoría de los pacientes que tienen cáncer. Si los medicamentos contra el dolor no funcionan, hay otros procedimientos que puede seguir el médico.
Extirpar quirúrgicamente la totalidad o parte de un tumor que ejerce presión sobre los órganos, nervios o huesos puede aliviar el dolor.
En la quimioterapia se utilizan medicamentos que se transportan por el torrente circulatorio y destruyen las células cancerosas que encuentran. La quimioterapia puede reducir el tamaño del tumor y aliviar el dolor, en especial cuando está ejerciendo presión contra los órganos o nervios.
En la radioterapia, se usan rayos de gran energía para localizar y destruir las células cancerosas. La radioterapia puede reducir el tamaño del tumor y aliviar el dolor.
Los medicamentos no opiáceos suelen usarse para tratar el dolor leve a moderado. Muchos medicamentos no opiáceos, como el paracetamol, el ibuprofeno y la aspirina, son de venta libre, lo que significa que no se necesita una receta para comprarlos. Entre estos medicamentos, se incluyen el paracetamol, que puede disminuir el dolor con gran eficacia, y los antiinflamatorios no esteroides (AINE), como el ibuprofeno y el naproxeno, que pueden reducir el dolor y la inflamación.
Los opiáceos son medicamentos contra el dolor más fuertes que se recetan para tratar el dolor moderado a intenso. Los opiáceos pueden utilizarse solos o combinados con medicamentos no opiáceos, como el paracetamol, el ibuprofeno y la aspirina. Las personas que toman opiáceos para combatir el dolor relacionado con el cáncer pueden volverse tolerantes a sus efectos después de un tiempo, lo que significa que deberán tomar dosis más altas o medicamentos más fuertes para lograr el mismo nivel de alivio del dolor. Estos medicamentos también se asocian con efectos secundarios frecuentes, por ejemplo, náuseas, somnolencia y estreñimiento. Por este motivo, recuerde que nunca debe aumentar la dosis de los medicamentos usted mismo; únicamente puede aumentar su dosis si lo ha consultado con el médico.
Mientras que los pacientes con cáncer a veces temen convertirse en "adictos" a los medicamentos para el dolor, es importante darse cuenta de que estos medicamentos existen para el alivio del dolor, que es un síntoma real, y válido común entre los pacientes con cáncer. Estos medicamentos pueden administrarse de manera segura sin convertirse en adictos, bajo la atenta supervisión de su médico.
El médico también puede recetarle otros medicamentos, como antidepresivos, anticonvulsivos y esteroides para controlar el dolor relacionado con el cáncer. Estos medicamentos suelen usarse para tratar otras afecciones, pero son muy eficaces para tratar tipos específicos de dolor. Es posible combinarlos con opiáceos o no opiáceos para obtener mejores resultados.
Los bloqueos nerviosos suelen usarse para dar alivio en caso de dolor agudo. En esta intervención, el médico inyecta un anestésico (un medicamento que causa pérdida de la sensación, por ejemplo, del dolor) en los nervios en la parte del cuerpo donde hay dolor o en la médula espinal. El anestésico interrumpe las señales de dolor que se dirigen al cerebro y brinda alivio temporario. En un procedimiento similar llamado "neurólisis", el médico inyecta alcohol etílico para destruir el tejido nervioso y ofrecer alivio de mayor duración.
Las bombas se usan con frecuencia para brindar alivio de una manera más generalizada o para un dolor crónico. Para este procedimiento, el médico coloca una bomba en la médula espinal o alrededor de ella. La bomba interrumpe las señales de dolor que van al cerebro al enviar medicación a los nervios.
La neuroestimulación eléctrica transcutánea (transcutaneous electric nerve stimulation, TENS) es otro procedimiento que localiza los nervios al transmitir señales de dolor desde el cerebro para aliviar el dolor. En la TENS, se utiliza una corriente eléctrica suave producida por un dispositivo pequeño para estimular las fibras nerviosas y dar alivio.
El médico puede recomendar una neurocirugía para el dolor extremadamente intenso. Para esta intervención, el cirujano corta los nervios que llevan las señales de dolor al cerebro.
Además de los medicamentos contra el dolor, el médico puede comentarle acerca de otros tratamientos no farmacológicos. Las técnicas de relajación, la meditación, la práctica de yoga, la acupuntura, los masajes, la biorregulación, la hipnosis y la visualización pueden ayudarlo a sentirse mejor.